Existe un dicho atribuido a los gitanos: “Donde habites no hagas daño”
Estas cinco palabras encierran la sabiduría de un pueblo práctico. Un pueblo que ama la tierra donde vive y al mismo tiempo a los demás con quien forma comunidad.
Estas cinco palabras nos enseñan como respetar y aprender del pasado para vivir un presente y crear un prospero futuro.
Hoy en día, al observar como trascurre nuestra vida, tengo la sensación que esta frase carece de valor, ha perdido vigencia y significado y la hemos metido en esa parte de la memoria donde reina el olvido.
En la actualidad vivimos arrastrados por la velocidad de ADSL, hemos perdido la referencia del pasado, nos revolcamos en el presente como un marrano en un charco y el futuro nos importa un bledo.
Esto me recuerda a los tres hijos que tuvieron la Juventud Moza casada con Pecado. Estoy refiriéndome a la obra de D. Francisco de Quevedo y Villegas “Genealogía de los Modorros”. Pues bien, según describe este autor, olvidado de muchos y de otros, desconocido, este matrimonio tuvo tres hijos: No Sabía, No Pensaba y No Miraba. Preguntareis: ¿Qué tiene de semejanza la sociedad del siglo XVII, que se movía a paso de buey, con esta del siglo XXI que a lomos de ADSL no ve ni el polvo?
Intentaré dar alguna pista: Toda una generación de modorros, descendientes, sin duda, de estos tres ilustres personajes, No Sabía, No Pensaba y No Miraba, nos gobierna. Mejor dicho, se han repartido el poder y gobiernan por su parecer y apetito; se rigen por su voluntad que es la avaricia y esquilman su tierra, que es la nuestra, hasta donde les llevan las fuerzas con una sonrisa en los labios y vendiéndonos los despojos que no es otra cosa que “el que venga atrás que arree”.
Ahora me pregunto, si nos gobiernan los Modorros, a quienes hemos elegido, ¿qué somos nosotros?
Marcial el Medinense
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