—¿Al sol como los lagartos?
—Al sol como los viejos. Tengo el frío metido en los huesos y no encuentro modo de quitármelo de encima.
—Pues para el tiempo que vamos el remedio es la estufa.
—Me da que tendremos un invierno frío y seco.
—Quizá tengas razón en cuanto a seco, pero frío, lo que se dice frío, no lo creo. Más bien lo tendremos calentito.
—¿A qué te refieres?
—¿A qué me voy a referir? A esta situación en que nos han metido estos desahogados del gobierno que nos han tocado en suerte.
—¡Los hemos elegido!
—Nos han engañado como a chinos. Con el coño del buen talante y el buen rollito, nos la han metido doblada.
—Igual hubieran hecho otros. ¡Qué más da! Venga quien venga nos dará por el culo y nos echará el aliento en el cogote.
—¡Eso es pesimismo!
—¡Eso es la pura verdad!
—No es lo mismo un gobierno de izquierdas que uno de derechas.
—Como no es lo mismo tejidos y novedades en el piso de encima, que te jodes, no ves nada y encima te pisan.
—Eso es indudable.
—Pues aquí, quien venga a salvarnos, nos jode, nos mantiene en la ignorancia y no nos quita la bota de encima ni después de muertos.
—¡Vaya mañanita que tienes!
—¿Qué coños quieres que piense tal y como están las cosas? Están vendiendo el país a precio de saldo.
—Ten un poco de confianza. Los tíos del gobierno saben más que nosotros.
—En eso no tengo dudas, pero para robar y forrarse, no para gobernar, ni para administrar, para eso, no saben ni a tocino aunque les unten.
—¡Vamos hombre! ¿Qué harías tú en su caso?
—¡Lo mismo! Tal como veo esto, no queda otra solución.
—¡Joder!
—¡Ni joder, ni hostias! Si llegas al gobierno honrado tienes dos caminos: El de mártir o el de hacerte rico y dejar de ser honrado para convertirte en un hombre de bien y de provecho.
—Eso sólo ocurre con la derecha.
—Pues los únicos pobres de izquierdas que conozco son los que les votan, como tú y como yo.
—Pero tú, ¿alguna vez has votado a la izquierda?
—Igualito que lo has hecho tú.
—No digas tonterías. Yo sí siempre he votado izquierdas.
—¿Qué izquierdas?
—El PESOE, por ejemplo.
—¿Esos son de izquierdas?
—Pues claro. No van a ser de derechas.
—Será una izquierda sui géneris. Se enriquecen como Cresos, arruinan el país en su beneficio, nos prohíben hasta el fumar preocupados por nuestra salud. Pues para cualquier hijo de vecino eso es hacer lo mismo que tú dices que hace la derecha.
—¡No compares a Dios con un gitano!
—Ni se me ocurre, prefiero a los gitanos.
—¡Estás insoportable! Contigo no se puede hablar hoy.
—Pues ya sabes: en boca cerrada no entran moscas.
Marcial el Medinense.
¿ Izquierda, derecha, centro ?, todavía nos dejamos engañar por los trileros.
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